Nacimos desde las entrañas del viejo capulí para escudriñar
peregrinos sueños inalcanzables, pintados como el vino francés.
Tentaremos lo imposible,
inmarcesibles y valientes como Espartaco.
Tantearemos el cielo con las manos de Teresa de Calcuta,
ungidos de esperanza como Ghandi,
caminaremos erguidos observando las pirámides de Egipto,
inspirados en un amanecer de pájaro.
Olvidando nuestros pasos terrenales,
olvidándonos nuestra unánime derrota.
Estuvieron aquí nuestros padres y el padre de tus padres,
Quizás, Dios se ha olvidado de ustedes,
pero, todavía sonríes al escucharme cantar
la canción más triste del universo, y caminas ante
un mundo disfrazado de tinieblas, vestidos de nuestra
propia inspiración, nacido desde los trigales y los viñedos,
vacilando iremos tomados de las manos hacia las cumbres
altas de los sueños de tantos antepasados.
Somos muchos, ya lo sabemos,
añoramos tus recuerdos, y mis sueños, tu caricia y mis dolores,
nacidos desde los trigales, saciando hambres de milenios,
juntos iremos al encuentro del mañana, mañana de pájaros errantes.
Unidos nos fundiremos en un solo beso, y
abrazados al borde de la tierna llama,
naceremos otra vez desde la nada.
sábado, 4 de octubre de 2008
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